¿Te casas pronto? ¡Qué gran emoción! ¡Muchas felicidades! Llenos de ilusión, tu pareja y tú tienen mucho por planear. El anillo de compromiso es algo tan pequeño, tan valioso y tan comprometedor —como su nombre lo dice­­— que me gustaría profundizar en el significado.

Cuando decides dar el paso de formalizar una relación y eliges estar con una persona toda la vida, haces un compromiso para siempre. Lo normal es pensar en lo más próximo: la boda. El momento más feliz. Planifican juntos cómo quieren celebrar, cuánto gastarán, a quienes invitarán… hacen un presupuesto, toman en cuenta el factor tiempo. ¡Finalmente llega la fecha! Das el «Sí, acepto» frente a todos tus familiares y amigos y… vivieron felices para siempre.

En esta preparación vives y disfrutas tiempos muy bellos. Pero retrocedamos un poquito, al momento del compromiso que hiciste para toda la vida. Cuando te comprometes, no puedes pensar solo en el día de la boda. Verás que pasa muy rápido y pronto ya están en lo que sigue. Cuando decides casarte, hay que planear el día de la unión, pero de manera más minuciosa se debe planificar toda una vida juntos.

¿Trabajarán los dos o uno de los dos tendrá un ingreso más relevante? Hay que platicar de cómo se dividirán los gastos. ¿Planean tener hijos? En caso afirmativo, el nacimiento será un acontecimiento importante, hay que estar preparados. Los bebés rápidamente se convierten en niños; crecen y en un abrir y cerrar de ojos, entran a la universidad, un gasto importante si le quieres dar las mejores oportunidades.

En este lapso posiblemente tendrás proyectos laborales que requieran una inversión. ¿Cada cuánto tiempo quieren cambiar sus autos? Quizá empiecen viviendo en un departamento y luego decidan construir una casa. Pasan los años. Y cumplen 65. ¿Cómo se ven juntos en la etapa de la vejez? ¿Haciendo qué? ¿Viviendo dónde? ¿Viviendo de qué? El compromiso que hicieron en la tierna etapa del noviazgo debe madurar y trascender hasta la última etapa de la vida… procurándose la mejor calidad de vida posible.

Para que en los años dorados puedan caminar de la mano por la orilla de una playa de ensueño, con la misma tranquilidad que lo hicieron al inicio de la relación, es preciso invertir, a conciencia, en tu retiro laboral.

Si te casas pronto, recuerda hablar con tu pareja de tus metas a mediano y largo plazo. De tus finanzas personales y tus planes para las finanzas familiares. Inicien con un ahorro y pronto den el paso a la inversión. Proteger a tu cónyuge y a tu familia es un acto de amor.

La palabra seguro tiene su origen etimológico en el latín securus, que significa «tranquilo». Aquello que está alejado de preocupaciones.

¡Asegúrate y asegura a la familia que estás por formar! Permite que, con el anillo de compromiso, venga la certeza de una vida juntos y siempre tranquilos.

Estaré encantada de escuchar tus planes y acercarte a las diferentes opciones que tenemos para la etapa en la que te encuentras. Así, iniciarás tu compromiso con Responsabilidad Financiera.