Una característica del ser humano es que vive en constante cambio. A través de la historia podemos observar la evolución y el interés permanente por mejorar, por facilitar la vida y por solucionar los retos que en cada época se han presentado. En la actualidad, estos retos y cambios han sido notoriamente más acelerados.

El avance tecnológico ha dado como resultado que la humanidad camine a pasos agigantados en los últimos meses.

Estos grandes pasos en nuestra evolución me llevan a reflexionar sobre el acceso a las oportunidades que tenemos. Nuestro hogar ya no se limita a una ciudad o un país. Nuestra casa es la Tierra. Todos somos ciudadanos del mundo.

Estamos a un click de distancia para llegar a cualquier lugar. Con solo tener WiFi y grandes sueños, puedes alcanzar metas que antes se hubieran considerado imposibles: Cambridge, Oxford, Harvard, UDLA, ITAM, Tec de Monterrey, Anáhuac, Marista… están al alcance de quien se lo propone. Puedes estudiar a distancia o tomar un avión e instalarte en una nueva ciudad para ti. Puedes estudiar la carrera más concurrida y también puedes elegir la ingeniería más especializada.

Si hoy tenemos acceso y facilidades para todo esto, estoy segura que el día de mañana ¡las oportunidades serán increíbles!

Hoy tus hijos son pequeños, pero, ¿cómo los visualizas yendo a la universidad? ¿cuáles serán sus sueños y aspiraciones? ¿qué oportunidades quieres regalarles?

Para que tus descendientes cumplan sus sueños, necesitarán principalmente una gran aspiración y recursos económicos.

La buena noticia es que ambas se pueden construir durante su infancia. 

Considera una educación consciente, triunfadora, sana, exitosa. Inspira la conquista de sus sueños, motiva, impulsa y cree en sus aspiraciones. Celebra cada paso y cada logro: es la mejor preparación para el mundo que a tu hija o hijos les tocará vivir. Para que la solvencia financiera sea estable, construye desde ahora un patrimonio. Generar un ahorro enfocado a estudios universitarios es la mejor inversión para poder contribuir a que cumplan sus metas.

Recuerda que dos factores claves para lograr una meta financiera son a) la duración del tiempo que realices aportaciones y, b) el monto que puedas destinar a la inversión. Por eso, el mejor momento para empezar es… ¡ahora!

Si aún no cuentas con asesoría especializada en Seguros y Responsabilidad Financiera, estaré encantada de platicar contigo y compartirte algunas ideas.

mariana@responsabilidadfinanciera.com